lunes, agosto 24, 2020

POLITICA TEATRAL DE SIERO


 

Las compañías firmantes,  todas ellas residentes en el Municipio de Siero, junto con el Museo del Títere, se oponen frontalmente a la decisión del Ayuntamiento  de no realizar ninguna actividad  teatral y cultural, hasta el 2021.

Los grupos de 10 personas son para bares o reuniones de amigos y familia, pero el teatro tiene otro protocolo que ya Siero aplicó para las actividades  que hubo para niños este verano y también en el Concierto de Jazz que se celebró en el Auditorio de la Pola.

Mañana, día 24 de Agosto, tenía que iniciarse la 34 Muestra de Teatro de Lugones, pero se ha suspendido como en Julio se suspendió la Semana de Teatro de Pola de Siero. Con una infraestructura teatral tan buena con que cuenta el municipio no se entiende que no se quieran hacer actividades teatrales, siempre con asientos asignados, mascarillas y demás normas, como están haciendo en Gijón, Oviedo, Avilés, Piedras Blancas, Candas,  etc.

Una vez más  vemos como este municipio, aún siendo el cuarto de Asturias,  margina el teatro profesional, pero, por contrariamente, mantiene las piscinas, cuando  el protocolo de las mismas es menos preciso que el del teatro. Esta marginación  elimina  la ayuda más importante que puede darnos el municipio, que es programarnos para así darnos trabajo y  poder subsistir.

Pedimos, pues, al Sr. Alcalde que se considere la situación y que el  Ayuntamiento de Siero pueda entrar en el Circuito de Teatro de Asturias y pueda programar a las compañías del municipio. De esta manera esa gran riqueza inmaterial que constituye el teatro en el municipio de Siero, no  desaparezca ni se pierda.

Como compañías residentes en Siero, pedimos a la Cocejala de Cultura y al Sr. Alcalde, iniciar un diálogo constructivo que nos permita salir de esta decisión incomprensible y que nos permita, a pesar de todo lo que está pasando, caminar hacia el futuro.

23-8-20

Etelvino Vazquez 

 

ANTIGONA

¿UN GESTO INÚTIL?

Estos últimos días, representando en Gijón y en Oviedo, en medio de unas medidas sanitarias extremas, una idea  me venía sin cesar a la cabeza: ¿merece la pena este esfuerzo?  Esfuerzo que hacemos los actuantes y los organizadores, y también el público,  teniendo que ver el teatro en condiciones que no son las optimas.

En esa nueva situación teatral la visión de Antígona se  hizo presente. ¿Tenía razón Creonte? ¿El acto de Antígona tapando con tierra el cuerpo de su hermano muerto servía para algo? ¿Era un gesto inútil? ¿Solo Creonte,  defendiendo la legalidad,  tenía razón?

Polinices, el hermano de Antigona,  había muerto en la batalla, como el teatro asturiano, pero había muerto en el bando enemigo. En el  teatro, en Asturias, siempre hemos sido del bando enemigo.

Y ese paisaje después de la batalla, que es como comienza Antígona, es el paisaje en que se encuentra el teatro profesional asturiano.

Creontes, ciegos y sordos, que solo saben invocar la ley, su ley, y que no son capaces de una mínima comprensión hacia su enemigo. ¡Que se muera el teatro! ¡Yo voy a seguir cobrando! Ni escucha ni comprensión, solo desprecio y normativa.

Pero siempre  nos quedará esa  Antígona,  que con su gesto, ¿inútil? , con su puñado de tierra, está apoyando al teatro, conservándolo, estimulándolo.

Actuando nos parece absurdo nuestro trabajo,  pero el puñado de tierra del público  que asiste a nuestras representaciones, las programaciones de Gijón y de Oviedo, están salvando la dignidad de Polinices, están apoyando el teatro profesional asturiano, están apoyando nuestros espectáculos, buenos, malos o regulares.

El resto son Creontes que solo quieren su orden y su tranquilidad, su no programación y que, en el fondo, se sentirían mejor si el cuerpo de Polinices fuera devorado por los buitres.

¿Por qué tantos Creontes y tan pocas Antígonas? ¿Es culpa de nosotros, del teatro? ¿Es culpa del coronavirus? ¿Es culpa de esa ley  que esgrimen  como respuesta de salvación?

Con tantos Creontes,  y tan pocas Antígonas, ¿qué circuito, tarde y mal,  va a proponer  la Consejería de Cultura? ¿Será un Circuito a favor del teatro, es decir Antígona, o será un Circuito para que los Ayuntamientos consigan un poco de dinero,  es decir Creonte. Polinices ya está muerto y enterrado ¿Convertirse en una nueva Antígona es lo que pretende la Consejería de Cultura?  Tarde, siempre llega tarde,  como Creonte.

Por eso, antes de que acaben los buitres con nosotros, tenemos que dar las gracias a esos pequeños gestos que, aunque para algunos no tienen sentido, para nosotros, la gente del teatro, son muy importantes. De  esos pequeños gestos depende nuestro futuro.

Ese puñado de tierra nos anima a seguir luchando, a entender que el apoyo al teatro profesional asturiano existe, aunque las Antígonas sean pocas, y tengamos  que seguir peleando  contra una absurda caterva de Creontes,  inútiles,  cargados de razón, pero que nunca serán capaces de vencer el corazón de Antígona.   

Etelvino Vázquez  (Lugones 27-7-20)